31.7.08

Nocturno 2

Una noche un hombre sueña que es amado por dos mujeres. Una es alta y rubia y en las tardes caminan juntos por un bosque y se aman en un templo escondido. La otra tiene los cabellos negros y por las noches sus poderosos ojos lo acechan y en secreto abrigan su cama. Ambas son hermosas y son gemelas.

En la mitad del ardor de aquel sueño ciego el hombre despierta y a su costado encuentra a una de las mujeres imaginadas, alta y hermosa. Sin distraerse con su incompetencia, se inclina sobre ella y en un solo movimiento de pasión la envuelve con su cuerpo. Le susurra algo al oído, huele sus cabellos atigrados y lleno de fugaz dulzura vuelve a dormir.

8 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Coincido con Zeziola.

El oro de los tigres, en sus bipanales senos.

(de suave plena luna)

el monito dijo...

Es hora de levantarse, querido!

Garufita dijo...

Diego y Dexter, coincido en que todos coincidimos, gracias por sus visitias y sus bonus.

Sobrecito, como vos bien decís, encender en sueños la vigilia está (ahora y para siempre) en las manos de cierto nene.

natalia dijo...

Vuelve a dormir para que
la otra mitad no lo abandone...



(abrazo)

Cíclopa

Garufita dijo...

Qué comentario piratesco el tuyo, Ciclo...

Y vos, Pirata, buenas observaciones sobre la ceguera, yo ni lo había visto eso...

Saludos!

Juan de Dios Chaveto dijo...

¿Había sabido despertarse o sólo supo olvidarse aquello de dormires y amaneceres y de dos mujeres era una y era nada, como el polvo que queda de los sueños cuando dijimos, al fin, que ya estamos despabilados?

Habría sido olvido, el suyo, cuando se durmió, habría sido el silencio del destiempo que encuentra el exceso en su pequeñez...

Saludos

toto scurraby dijo...

que le habra susurrado?