Hola, ¿qué tal? Bienvenido al Más Peor cuento del mundo, que es éste. Y que no es otro más que éste, no. Creéme que es éste mismo que yo estoy escribiendo ahora y que vos estás leyendo en-este-preciso-instante; todo lo cual te hace a vos un perfecto lector y a mí un perfecto escritor y a Dios un perro y a esto un –no vamos a decir perfecto porque la idea es justamente la contraria, pero tampoco vamos a decir lo contrario porque la idea justamente no es esa– cuento, no sólo porque esto está escrito y está escrito en prosa y tiene mucho sentimiento y yo lo escribí[1] acá en mi computadora y vos lo estás leyendo, sino porque claramente se evidencia que tiene una narración con todas sus partes propias, ciertas y literarias (que va desde el principio de este relato, allá donde dice “Hola”, y sigue luego con toda la historia muy detallada y exquisita –una verdadera obra de arte pero una nimiedad si se tiene en cuenta lo que vendrá, ya lo dijo la televisión, ya lo comenta la gente– sobre el cuento mismo, que prosigue entonces con la historieta re tétrica y re triste sobre el tipo que viola y maltrata a su hijita y después la despedaza y se la come por partes con cuchillo y tenedor a lo largo de varios días, todo bajo la mirada triste y pasiva de Dios que todo lo vio y ha visto ¡De no creer! Que es así: un tipo que era un viudo periodista y trabajaba en un diario y vivía con su hija un día hace un pacto traicionero con Belcebú y la endroga a la hija de él mismo y después la ata a la cama matrimonial, acá en
[1] Y esto es importante porque yo soy un escritor joven de cuentos breves y modernos. (Nota del escritor.)
Firma: